Un cocinero llamado Ignacio, tres ingredientes y un festival: nachos, la comida mexicana más estadounidense… ¿o era al revés?Un cocinero llamado Ignacio, tres ingredientes y un festival: nachos, la comida mexicana más estadounidense… ¿o era al revés?
Al ser tan sencillos como deliciosos y omnipresentes, parece que los nachos siempre han estado ahí. Un puñado de totopos recién fritos, cubiertos de queso derretido y con rajas de jalapeño fresco, crujiente y picante por encima. Todo junto, con un toque de horno, es el bocado perfecto y constante en la carta de casi cualquier restaurante, ya sea en Estados Unidos como en México (no sin algunas miradas de reojo) y, por extensión, en medio mundo. Sin embargo, la historia de los nachos es corta y sorprendentemente trazable. Se inventaron hace ahora 80 años en un pequeño pueblo fronterizo entre Estados Unidos y México y sí, el chascarrillo de comerse “unos ignacios” tiene su verdad: su creador fue un cocinero mexicano de nombre Ignacio Anaya.