Mercosur, la cumbre de la discordia

La agresividad se ha ido convirtiendo, cada vez más, en un insumo principal de la política. Los líderes encuentran que la movilización de sentimientos de hostilidad es un recurso muy rentable para conseguir consenso en sociedades polarizadas. Esta estratégica de consumo doméstico a menudo se internacionaliza. Los insultos y descalificaciones cruzan las fronteras y amenazan con ocasionar crisis entre Estados.

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