A España le sale todo, lo mismo da que se presente con los once de siempre que con los de la reserva. Viaja en globo sin encontrar turbulencias. Después de cerrar su pase a los octavos de final que jugará el próximo domingo en Colonia, se permitió refrescar el primer pelotón y dar vuelo a los secundarios. Así despidió de la Eurocopa a la Albania de Sylvinho, que había sostenido el pulso en el grupo de la muerte ante Italia y Croacia y terminó festejando con su grada su segunda aparición en el torneo, que cerró empujando a España, una de las principales favoritas, a defenderse de la carga final comandada por Broja. Pero eso también lo aguantó la Roja, que cierra la fase de grupos sin recoger ni un balón de su red.